Historia del Pensamiento
El centenario de la Residencia de Estudiantes
Colin Edward Donaldson
Martes, 8 de marzo de 2011
Finalizado
el año 2010, se ve que el centenario de la Residencia de Estudiante ha
pasado con una mediocridad impropia de esa institución, a pesar del
presupuesto multimillonario (hasta el Ministerio de Vivienda ha
aflojado, ¿no es increíble?) que la directora, Alicia Gómez Navarro, y
José García Velasco, el exdirector que continúa con ella al mando
reconvertido ahora en comisario del centenario, han malgastado sin
lucimiento alguno. Repasémoslo. De las exposiciones se esperaba mucho
más. El año empezó con el típico refrito sobre el 27 que tanto les
gusta, y continuó con una ininteligible acumulación de planos de Le
Corbusier, culminando con el gran fasto "100% Residencia: un tradición
traicionada", perdón, "recuperada". La
exposición no estuvo mal, el atleta rubio por aquí, una foto de Severo
Ochoa y cuatro pipetas por allá, mucho espíritu de la casa por todas
partes, Juan Ramón Jiménez, Buñuel boxeando en calzones, un par de
dibujos chiquititos de Moreno Villa, las típicas fotos de Einstein y
Marie Curie, vamos lo de siempre y más bien poco de todo. Quizás era
mucho pedir rigurosidad, que al mencionar los laboratorios no se
olvidasen del doctor Calandre, ¡mecachis!, que nos explicasen algo más
de lo que se hacía en ellos, que nos dijesen si eso de los putrefactos
sólo tenían gracia o eran de verdad parte de las vanguardias
internacionales, y básicamente algo de la idea de cambiar la universidad
española creando colleges como los británicos, vamos, lo que vendrían
siendo menudencias si no fuera porque fue a lo que se dedicó básicamente
la Residencia de Jiménez Fraud.
En
su lugar, García Velasco prefirió hablar de otras cosas en la
exposición. De la guerra no, ni mencionarla, no vaya a ser que la nieta
de Calandre les volviese a preguntar qué han hecho con el refugio
antiaéreo, y por qué no se habla de uno de los científicos cardinales de
la Residencia. Mejor será pasar, tras un documental lacrimógeno, a las
fotos de Franco y Serrano Suñer brazo en alto, que nos ponen los pelos
de punta para pasar, acto seguido, a la tranquilidad y el ¡hay que ver
lo bien que ha acabado todo! con las fotos de los conferenciantes de la
actual Residencia. De eso sí que se les llenan las manos a García
Velasco y Gómez Navarro, una pared entera con las fotos de los
intelectuales que han hablado allí en los últimos años (lástima que no
hayan puesto también las de las folclóricas, ministras, consejeras,
banqueros y propietarios de farmacéuticas), y en frente, mezclados como
si fuesen lo mismo, la revista Residencia de los años veinte y el triste
boletín que hicieron en los ochenta, las obras de Ortega y Machado
editados por Juan Ramón Jiménez con los libelos infumables de Gonzalo
Menéndez Pidal, Soledad Salinas o Andrés Soria que publican últimamente.
¿De verdad se creen que están a la misma altura? Entre tanto delirio, a
García Velasco le viene pequeño Jiménez Fraud y ya se cree que es Giner
de los Ríos reencarnado, cuando solamente es un conocido secuestrador
de archivos que ahora se ha metido a historiador aficionado. Por lo
menos nos han ahorrado el catálogo de la exposición.
Del
pastiche de la habitación de la Residencia "histórica" no diremos
mucho, porque supongo que lo han hecho para salir en las guías
turísticas de Madrid. Y de la última sobre las batallitas de los
Viajeros por el conocimiento, me perdonarán que no haga comentarios, que
ya entiendo yo que la mano de Estrella de Diego en El País les venía
muy bien para conseguir un par de articulitos piadosos sobre el
centenario.
Han
hecho también un documental que domingo sí y domingo no nos vienen
repitiendo en La 2 de TVE, en el que uno no sabe si se quiere contar
algo de la historia de la Residencia, o es sólo una sucesión de carteles
electorales parlantes en la que los candidatos y sus currículums
aparecen sobreimpresionados entre un par de postales de la Residencia,
para acabar celebrando lo bien que ha quedado el chiringuito de
gafapastas que tienen ahora montado. Como la cosa no debió quedar muy
cultural, la directora de la Residencia le encargó a su marido, sí, sí, a
su marido, que hiciese un film sobre Lorca y Dalí, y Gutiérrez Aragón
se cogió a un par de actores de series españolas para adolescentes, les
puso un bigotito surrealista y quedó aquello la mar de posmoderno.
En
la página web de la Residencia anunciaban que iban a reeditar los
libros de las sobrinísimas sobre la Resi, pero al final se les ha ido el
centenario al cielo y los refritos de Margarita Sáenz de la Calzada
(sobrina de un residente) y Isabel Pérez Villanueva Tovar (sobrina del
líder falangista Antonio Tovar) se han quedado en el tintero. ¡Menos
mal! Es una lástima que no se les hubiese quedado también en el tintero
el Congresillo que montaron en junio con el dinero de la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo, que no fue una Nueva mirada sobre Alberto
Jiménez Fraud y la Residencia, porque todos repitieron lo de siempre,
sin empacho de que su conferencia tuviese o no que ver con la
Residencia, o sólo repitiesen un artículo publicado hace años incluso
por otro autor. Lo más sorprendente es pensar como, con la crisis que
existe en España una universidad puede financiar un cursillo como este,
con cuarenta o cincuenta conferenciantes, en el que se matricularon sólo
2 alumnos, sí, sí, 2 alumnos. Se ve que la presencia de exministras y
escritores famosos lo compensa todo, aunque la principal experta elegida
sobre la Residencia de Señoritas fuera Almudena Grandes. De las actas,
bueno, todavía no se han publicado las del centenario de la JAE que fue
en 2007.
Como
no parece que ninguna de estas actividades vaya a pasar a la historia,
ni que hayan enseñado nada nuevo sobre la Residencia, de todas las
actividades del centenario me voy a quedar con la obra de teatro de José
Ramón Fernández La colmena científica o el café de Negrín. Me perdonará
el autor que no fuese a verla, pero no me encontraba entonces en Madrid
y la foto de musical me echó para atrás. Sin embargo compré el libro y
lo leí, y es justo decir que me parece una obra muy conveniente y
emocionante, aunque no sé porque aparecen el profesor Ángel Llorca en el
laboratorio de Negrín, y la maestra Justa Freire. ¿Exigencias del
guión?
Visto
el asunto yo me pregunto: ¿En qué se han gastado los millones de los
proyectos de los ministerios dirigidos desde hace años por Mainer, Fusi y
Sánchez Ron?
Fuera
de los actos organizados por la aclamada fundación, tampoco ha cabido
mucho más que destacar. Unos cuantos artículos de Cristina Calandre
defendiendo la figura de su abuelo el médico Luis Calandre y del
Hospital de Carabineros que este dirigió en la Residencia durante la
guerra, para el que se construyó un refugio antiaéreo que al aterrizar
en la Residencia García Velasco y Gómez Navarro lo derribaron sin
pestañear. Esta, además ha creado una plataforma para defender la
memoria de la JAE y la ILE que con la ayuda de Carmen Negrín ha
conseguido que el gobierno socialisto retire al fin las inscripciones de
alabanza a Franco del CSIC. Bueno, solamente han tardado treinta y
cinco años de nada, y por mandato judicial.
Otro
artículo de Isabel Zulueta Calvo ha retratado la pertenencia al Opus
Dei de Gómez Navarro, García Velasco y la cúpula del CSIC, y las tretas
con las que estos han hecho fortuna mientras manipulan la historia de la
Residencia. Luis M. Ayala ha explicado la chapuza con la que se
gobierna hoy en día la Residencia, una fundación bien conocida por
dedicarse a secuestrar archivos y manipular la historia de la
institución cuyo nombre usurpa, mientras que otra plataforma con muchos
miles de intelectuales, se ha creado también este año para evitar que el
nuevo Giner reencarnado derribase los edificios de la Institución Libre
de Enseñanza, pero sin mucho éxito, porque al final han derribado
todo.
Entre
lo peor de centenario está la exposición de Dalí, Lorca y la Residencia
de Estudiantes que han montado en el Caixaforum. Es tal el desatino,
apenas un puñado de cuadros puestos de cualquier forma, sin sentido ni
explicación alguna, sin comparar las obras de ambos ni explicar su vida
en la Residencia ¿por qué estos dos se hicieron amigos allí o algo, no?,
ni nada de nada, que es mejor no entrar en detalle porque sino habría
que acabar llevando a juicio al señor de la Huerta. ¿Es posible que no
haya leído a mi amigo Gibson?
En
la Universidad Complutense se ha aprobado una tesis doctoral de Álvaro
Ribagorda Esteban sobre la Residencia de Estudiantes. Yo había tenido
noticias de ella hace años, y ya pensaba que me lo había imaginado
porque ha pasado mucho tiempo. Ribagorda había escrito ya muchos
artículos sobre la Residencia y un libro sobre la Edad de Plata con un
conveniente capítulo acerca de la Residencia. Recientemente el profesor
Javier Zamora escribía en la Revista de Occidente que al final la tesis
de Ribagorda es el estudio más exhaustivo sobre la historia de la
Residencia, una obra espléndida fruto de muchos años de trabajo.
Seguramente alguna editorial ande ya preparando el lanzamiento, pero el
centenario se le ha escapado también a Ribagorda.
Lo
más destacado del centenario es para mi el documental de radio La
Residencia de Estudiantes: Cambridge en la Colina de los Chopos que Juan
Carlos Soriano y Modesta Cruz hicieron para programa Documentos Radio
Nacional de España, en el que se podía revivir lo que fue la Residencia
de Estudiantes, escuchar a Severo Ochoa, Dalí y Pepín Bello, y durante
una hora se podía sentir lo que debió vivirse en la Residencia en esos
años. Todavía pueden escucharlo en la página web de Radio Nacional: http://www.rtve.es/mediateca/audios/20100903/residencia-estudiantes-cambridge-colina-chopos/866911.shtml.
En
resumen, salvo tres pequeñas excepciones, los fastos del centenario de
la Residencia han sido tan tremenda decepción, digan lo que digan en el
grupo Prisa. Tanto el hispanista Ian Gibson como Álvaro Ribagorda han
rechazado participar en tales fastos. Otros especialistas como Luis
Palacios, José Luis Abellán o Agustín Sánchez Vidal también han
preferido quedar fuera, y Juan Carlos Mainer y José Manuel Sánchez Ron
están cada día más lejos de la Residencia. Es un centenario para
olvidar.
Además
la nieta de un antiguo residente ha conseguido que la Unión Europea
retire a la Residencia el sello de Patrimonio Europeo que al parecer
consiguió de forma ilegal y ahora tendrá que volver a solicitar.
Para
terminar voy a comparar el centenario de la Residencia con otro como el
de Miguel Hernández, que se ha celebrado también en 2010. Nada que ver
con las numerosas y floridas actividades del centenario de Miguel
Hernández. Diversas reediciones de sus obras; varias biografías y
estudios literarios; varios bonitos documentales y muchas jugosas
tertulias y debates radiofónicos y en televisión; una espléndida
exposición en la Biblioteca Nacional con conferencias todas las semanas;
lectura obligatoria de sus obras en todos los colegios; y un centenar
de conferencias y exposiciones en la mitad de los centros culturales de
España. Bueno, una puesta al día en toda regla de la figura de Miguel
Hernández, frente a la insulsa mediocridad del centenario de la
Residencia. Menos mal que anunciaban "una tra (d)/ (h) ición
recuperada".
[El contenido de los artículos de opinión es responsabilidad exclusiva de sus autores]
Artículo extraído de TIEMPO DE HISTORIA
http://www.tiempodehistoria.com
La dirección de esta noticia es:
http://www.tiempodehistoria.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1847