domingo, 24 de noviembre de 2013

Las ideas de Giner entre rejas. ¿La cultura encarcelada?

Vean el estado actual de las obras de "rehabilitación" de los ya inexistentes edificios históricos de la Sede de la Institución Libre de Enseñanza, calle de Martínez Campos 14-16, en el Barrio de Chamberí.
No se extrañen ustedes si en el próximo año 2015 y aprovechando el Centenario de la muerte de don Francisco Giner de los Ríos, en un alarde de sensibilidad y buen gusto, tenga lugar la magna Inauguración de este atentado arquitectónico con la presencia de políticos y primeras figuras de nuestra cultura.
 
 
 
 

 
 
 
 

domingo, 10 de noviembre de 2013

Nueva Ley de ¿EDUCACIÓN?

Quitan 76 horas de clases de Filosofía y las cambian por catequesis.
¡Basta ya de oscurantismo!. Hay que rescatar una verdadera educación laica que enseñe a pensar como ocurre en cualquier país civilizado.

España solo tuvo un momento de lucidez dentro del campo educativo y ese fue cuando don Francisco Giner de los Ríos fundó la Institución Libre de Enseñanza. Esto se puede constatar fácilmente siguiendo la huella de todos los institucionistas que salieron al exilio y sembraron su conocimiento en varios países de América latina quedando España en la total aridez intelectual. Afortunadamente, en este país sobrevivieron algunos de los hijos y nietos de aquellos ilustres transterrados, víctimas del exilio interior y quienes, pese a la presión franquista y la férrea censura, supieron mantener vivo el mensaje institucionista.

En la actualidad, al pobre don Francisco Giner de los Ríos lo tienen secuestrado en una Fundación que lleva su nombre, casi como marca comercial, cuya directiva y patronos no han perdido un minuto en tratar de exterminar y enterrar para siempre sus ideas pedagógicas; por lo que se infiere que deben tener nexos con la curia, por que si alguien aborrecía y aborrece la libertad de enseñanza es, no cabe la menor duda, la católica iglesia. Por eso no es de extrañar que dicha fundación guarde un cómplice silencio ante las nuevas leyes educativas de la moderna Inquisición. Si realmente representaran el ideario de Giner, como alardean, tendrían que haber protestado desde el primer momento. ¿Cómo es posible que una Fundación que representa la figura de un educador laico no proteste ante el cambio de horas de filosofía por horas de catecismo? ¿Qué se lo impide?

¡Pobre Giner! Menos mal que tu semilla viajó, se sembró y se cosechó en América.

Laura Alfonseca Giner de los Ríos

México DF.


El triunfo de los mediocres, de autor desconocido

(Esta reflexión.... ¿no les resulta familiar?)

Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.

Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros. Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.

Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura. Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o tuviera mínimos conocimientos sobre política internacional. Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo. Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo trece veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado. Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.

Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro que sin embargo encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas. Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada. Un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que se insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.

Mediocre es un país que ha permitido fomentado celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.