Patrimonio Histórico-arquitectónico destruido

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Vista del recinto después de pasar las máquinas publicada en ABC el 2 de Julio de 2008



    El Pabellón de Párvulos



     Se trata del primer edificio escolar construido por Bernardo Giner de los Ríos, siendo arquitecto Municipal de Madrid (de 1916 a 1936), donde desempeña servicios fiscales, facultativos y urbanísticos.

     En este Pabellón subyacen algunas de las características que marcarán el estilo propio de su autor. Es el precedente de una magnifica obra escolar desarrollada por Bernardo Giner a partir de 1920, cuando ejerce como Arquitecto escolar del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.  Bernardo Giner, es considerado por autonomasia uno de los más destacados arquitectos escolares de Madrid, que crea en 1931 la Sección de Construcciones Escolares, y edifica al frente de ella más de 40 grupos escolares, sólo en Madrid.

     Es el único Pabellón que se conserva en el jardín de la Institución Libre de Enseñanza construido por uno de sus alumnos, que eligió como profesión fundamental ser arquitecto de escuelas.

     En su construcción, sigue las normas pedagógicas, higiénicas, constructivas, incluso estéticas, diseñadas por don Francisco Giner de los Ríos
, también llevadas fielmente a la práctica por don Manuel Bartolomé Cossío.



                              El jardín de la Institución Libre de Enseñanza


     El jardín, en la vida de la Institución, constituía el núcleo central dentro del conjunto arquitectónico de edificios, que debían conservar los dos agentes naturales más necesarios: la luz y el aire.

      Desde un punto de vista higiénico y pedagógico, se debía llevar a cabo la formación integral del niño. Los alumnos experimentaban, plantando, observando el crecimiento y desarrollo de las plantas, a la vez que se les infundía el respeto hacía los seres vivos, y un sentimiento moral y estético hacia el medio natural. La pedagogía intuitiva les enseñaba Biología y Ciencias naturales directamente de la Naturaleza.

     A pesar de sus escasos recursos económicos, el Centro tenía un jardinero que podaba, regaba y abonaba los árboles y las flores todos los años.

[En el archivo de la Institución Libre de Enseñanza, depositado en la Real Academia de la Historia hay documentos que lo acreditan]

                                                                Referencias históricas

     El jardín es recordado como "espacio vivido", en el cual, se desenvolvía y manifestaba la personalidad de don Francisco Giner de los Ríos:

     "En ese jardín llegó probablemente don Francisco a la plenitud de su actividad. Por él iba y venía conversando con algún amigo entre los grupos de niños y niñas que jugaban". Luis de Zulueta.

     "Los párvulos aguardábamos, jugando en el jardín de la Institución, al maestro querido. Cuando aparecía don Francisco corríamos a él con infantil algaraza y lo llevábamos en volandas hasta la puerta de clase". Antonio Machado [BILE  (1915) pág. 220]                       

    "Las habitaciones al mediodía de la casa estaban llenas de vivísima luz y daban sobre el jardín, con su hermoso y alto nogal, su frondosa morera, el tejo, rodeado de evónimus; la gran acacia, frente al frontón; las adelfas rosas y blancas, los granados con sus ramas como de coral, los tres lilos debajo de nuestros balcones, los rosales blancos trepadores que cubrían los muros de varias clases, las hiedras que rodeaban el arco románico de la clase del fondo, el jazmín amarillo" Natalia Cossío. Hija de Manuel B. Cossío. vivió su infancia y juventud en la casa de la Institución.  [Cossío, N. "Mi mundo desde dentro". En el Centenario de la ILE, 1979, pág. 15]

     "Del primitivo jardín de la Institución llegaron a nuestros días unos cuadros de recortados aligustres, en cuyo centro crecían, pobremente, las vincas y unos pocos árboles, sin duda los mismos de cuando la finca se compró: también aligustres, pero repartidos sin orden aparente; un hermoso nogal apuntalado para que su excesiva inclinación no lo desplomarse; una morera; una higuera, y una hermosa acacia pegada a la tapia medianera de saliente. Recordemos a la adelfa, al lilo blanco, a la punzante pita y, sobre todo, al tejo, situado frente a la fachada del edificio principal, y el cual debió de ser plantado con posterioridad". Antonio Jiménez-Landi, nieto e hijo de profesores de la Institución. Alumno de la misma desde 1919, hasta la graduación de Bachiller; principal historiador de la ILE.  [Jiménez-Landi, A.: La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente (4 Tomos) Tomo III, pág. 36]

     "Las instalaciones de la escuela, los distintos pabellones de clase, el frontón, la clase del arco, el jardín, los recónditos locales de la Secretaría, apenas se habían modificado en bastantes años, y el cuidado, casi diría ;sobre todo para el jardín- la reverencia con que se conservaba todo, daban al marco escolar, visto por los alumnos, cierto aspecto de museo antañón, que condicionaba bastante la vida escolar. ¿Qué alumno no recuerda emocionantes y misteriosas incursiones al laboratorio Macpherson o a las últimas habitaciones de la Secretaría?". Manuel Varela Uña, alumno de la Institución desde 1928 a 1936. [Varela Uña, M. "La última etapa de la Institución". En el Centenario de la ILE, 1977, pág. 213]

                                           Después del asalto a la Institución en 1939

     "De los árboles y plantas del jardín sólo se salvaron la acacia y un aligustre. Los restantes fueron talados, hasta quedar el solar completamente falto de vegetación". [Jiménez-Landi, A.: La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente (4 Tomos) Tomo III, págs. 36 y 37]

     En el año 1987, la Fundación Francisco Giner de los Ríos encarga al arquitecto José Varela Feijoo la difícil tarea de diseñar el jardín a semejanza del antiguo institucionista. Para ello, se dejó asesorar de recuerdos y dibujos que le proporcionaron muchos de los antiguos alumnos.

      El nuevo diseño, respetó la estructura y los dos únicos árboles históricos que quedaban (el aligustre y la acacia) del antiguo jardín; y se procedió a plantar un importante número de árboles (abeto, olivos, laureles) y arbustos (pitosporos, enredadera o vinca) gracias a la generosa donación del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid.


Alumnos de la Institución junto a la acacia del jardín, señalada con flecha roja. A la derecha de la fotografía estaba el frontón. A la izquierda se puede ver el espacio donde se iba a construir el pabellón de párvulos. (Año aprox. 1916)



Pabellón de párvulos construido por Bernardo Giner de los Ríos,  inaugurado en 1º de octubre de 1917. A la derecha de la fotografía: la acacia.




       El aligustre histórico (al fondo derecha, flecha roja) en 1987,  año en que José Varela Feijoo diseñó el jardín actual.



            El Pabellón de párvulos y la acacia en el 2005. A la derecha se observa el espacio del frontón.



                   Características de la acacia centenaria:

Especie: Gleditsia triacanthos L. (Acacia de tres espinas, Acacia de tres púas o  Acacia Negra)
Estado de conservación : bueno
Fecha de plantación aproximada: 1859
Perímetro a 1,30 m del suelo: 2,20 m
Altura aproximada: 16 m
Situación: Área SE del jardín de la Fundación        

     Este árbol ha formado parte del entorno del edificio de la Institución Libre de Enseñanza desde el traslado de su sede en 1884, de la calle Infantas 42, a esta finca. Formaba parte de un amplio jardín junto con otros árboles desaparecidos en 1939. Por todas estas características simbólicas y como espécimen, merecería la consideración de "árbol singular"; protegido por nuestra Villa. 
       

                                                                        El frontón

     Juan Madinaveitia costeó la construcción de un frontón que completaba el "campo escolar" pensado por Francisco Giner. Este juego se convirtió en el deporte favorito de los alumnos de la Institución que aunque jugaban a mano, algunos se hicieron palas de madera en el taller de carpintería.
[BILE nº 498 (1901) pág. 288]                       

     

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