Historia de los Pabellones Escolares


                           LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA (1876-1940)  

           La Institución Libre de Enseñanza fue fundada en 1876, por iniciativa de Francisco Giner de los Ríos y varios profesores de Universidad ·Nicolás Salmerón, Augusto González de Linares, Gumersindo de Azcárate y Laureano Calderón· que habían sido separados de la Universidad, expedientados y aún encarcelados, por defender la libertad de cátedra y por negarse a ajustar sus enseñanzas a los dogmas oficiales en materia religiosa, política, científica o moral. El suceso se conoce como "Segunda cuestión universitaria". (1875).

           La Institución nace como Universidad libre y centro de Segunda enseñanza, para completar después la enseñanza General, y dar prioridad a su escuela Primaria. En sus Estatutos, la Institución se declara "ajena a todo espíritu e interés de comunión religiosa, escuela filosófica, o partido político, proclamando tan sólo el principio de la libertad e inviolabilidad de la ciencia".  

            *FUE RECEPTORA DE LOS MOVIMIENTOS EUROPEOS CIENTÍFICOS Y FILOSÓFICOS procedentes de la Ilustración y del krausismo alemán, introducido en España por Julián Sanz del Río, maestro de Francisco Giner, de la filosofía alemana, desde Kant y Hegel hasta Schelling y de Rousseau; del análisis psicológico de Wundt y las ideas de Pestalozzi, y Froebel, creador del Kindergarten (1830). Pero además, su europeismo convivió armónicamente con el respeto por lo propio, y se esforzó en rescatar del olvido lo mejor de la historia y de la cultura popular española. 

            *PROPUGNÓ LA REGENERACIÓN SOCIAL, POLÍTICA, PEDAGÓGICA Y CULTURAL A TRAVÉS DE LA "FORMACIÓN INTEGRAL" DEL INDIVIDUO. Después del fracaso de la Revolución de septiembre de 1868, era urgente la regeneración social de España, y esta regeneración tenía que venir a través de la educación y de la enseñanza. Lo primero, sería formar hombres, "educar antes que instruir", para renovar los métodos de enseñanza y modificar la legislación en todos sus ámbitos.  

            * IMPULSÓ LA CREACIÓN DE CENTROS, como el Museo Pedagógico Nacional o el Ministerio de Instrucción Pública (1900). Contribuyó a la extensión de la enseñanza primaria, a la ampliación de la universitaria en el extranjero siguiendo una política de pensiones gestionadas por la Junta para Ampliación de Estudios (JAE, 1907) de la que dependían el Centro de Estudios Históricos, el Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales, el Instituto de Reformas Sociales, la Residencia de Estudiantes, o el Instituto-Escuela. En torno a ellos cristalizaron iniciativas pioneras como la célebre Extensión Universitaria de la Universidad de Oviedo, la Universidad Internacional de Verano en Santander, las colonias escolares de vacaciones, el grupo teatral La Barraca o las Misiones Pedagógicas, que recorrieron los pueblos de España durante la Segunda República.  

            *EN EL PROYECTO institucionista, participaron sucesivamente numerosas personalidades comprometidas en la renovación educativa, cultural y social, entre las que destaca Manuel B. Cossío, continuador de la obra de Giner, secundado por Rafael Altamira, Adolfo Posada, Segismundo Moret, Joaquín Costa, Hermenegildo Giner de los Ríos, Ramón y Cajal, Alberto Jiménez Fraud, José Castillejo, Fernando de los Ríos, y un largo etcétera, así como las primeras generaciones de alumnos: Julián Besteiro, Federico Rubio, Bernardo Giner o Antonio Machado, entre muchos otros que continuaron una extensa labor aún en el exilio, después de que la Institución cerrara sus aulas en octubre de 1936. 

           *EL BOLETÍN DE LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA (BILE) comenzó a publicarse en 1877, como su órgano difusor, y pronto consiguió alcanzar gran singularidad en el mundo editorial español por su carácter abierto, multidisciplinar y el alto nivel científico de sus colaboradores (Bertrand Russel, Ortega y Gasset, Santiago Ramón y Cajal, Miguel de Unamuno, María Montessori, Juan Ramón Jiménez, Azorín, Rafael Altamira, Benito Pérez Galdós, etc.)

 

                                 Ideario Institucionista y Principios Pedagógicos  

           La Institución Libre de Enseñanza, fue el proyecto más firme que impulsó el proceso regenerador de la Enseñanza pública y privada en España, aportando soluciones educativas sobresalientes y de mayor repercusión en nuestro país y en el extranjero.  

           Los institucionistas, defensores de la educación integral, implantaron la coeducación en una escuela neutral (sin dogmas); practicaron nuevos métodos pedagógicos, realistas e intuitivos (excursiones instructivas, colonias escolares, siguiendo la pedagogía de Pestalozzi, adoptada también por instituciones confesionales como las Escuelas del Ave María, centros evangélicos, la Escuela Nueva, Dewey, Decroly, Montessori, Cousinet..etc) y optaron por la graduación en la escuela, que organizaba en Secciones o grados a los alumnos reunidos en grupos homogéneos en base a su nivel de instrucción, y por su edad, en Secciones o grados.  

           IMPORTANCIA DE LA ENSEÑANZA PRIVADA. La experiencia en el Congreso Pedagógico Nacional celebrado en Madrid en 1882, les lleva al convencimiento de que la transformación educativa profunda, tiene que partir de la escuela primaria. La Institución abre su escuela primaria en su 2º año de vida (1878), pero es a partir de 1885 cuando recobra mayor importancia, y aumenta una sección de párvulos que alcanzará su máximo desarrollo en 1917, con la construcción de un pabellón de párvulos. 

           FACTORES CLAVE: MAESTRO, MÉTODO Y ALUMNO. El factor clave de la enseñanza, reside en el maestro y en el método. El alumno es el centro del proceso pedagógico, al que hay que respetar y educar. El método socrático, es el más adecuado para entablar un diálogo respetuoso con el alumno, para que éste participe de forma activa en el proceso educativo. Por primera vez, se estudia la psicología del niño.  

           En esta educación, subyace una FILOSOFÍA DE PRINCIPIOS basada en "el ideal de la humanidad para la vida" que, en los institucionistas, se tradujo en “una conducta ética y moral que guiaría el comportamiento y la trayectoria vital en todos sus aspectos”. 

           La escuela se concebía como "un todo armónico", que integraba el "ambiente" moral y el "entorno" físico dentro del proceso educativo. El local y el mobiliario eran los medios físicos que, según don Francisco, podían facilitar o entorpecer la labor pedagógica en la escuela. De aquí surge la IMPORTANCIA DE LA ARQUITECTURA ESCOLAR. El edificio-escuela constaba de "campo escolar" y edificio propiamente dicho.  

           La aplicación de sus propios métodos educativos, ·era una escuela activa que había introducido nuevas materias en las aulas: Gimnasia, Higiene, Agricultura, y Fisiología, talleres, gabinetes y laboratorios de ciencias, Fisica y Quimica, etc· les impulsó a buscar un nuevo espacio arquitectónico o "modelo pedagógico" ad hoc para escuela, en el que se incorporarían los últimos avances científicos, medidas higiénicas y sanitarias, que satisfarían por completo su programa educativo.  

           La Institución se introdujo en el panorama arquitectónico escolar europeo de mediados del s. XIX principios del XX, para jugar un papel relevante en la investigación de propuestas constructivas. Firmado por Carlos Velasco presenta un novedoso Proyecto (1881) ·que fue referente ineludible a partir de entonces·y unas "normas" que diseñaron una "arquitectura escolar" con características propias, de "estilo institucionista,"; cuyo mejor exponente es el Pabellón Soler (1909) construido en el jardín de la ILE por Joaquín Kramer. Estas "normas de construcción" de 1882, sirvieron de punto de partida a Manuel B. Cossío para elaborar las bases sobre edificación de centros escolares (en 1902, 1905), que después publicó reformadas, el Museo Pedagógico (1912). Con la Oficina Técnica (1920), dirigida por Antonio Flórez y guiada también por Manuel Bartolomé Cossío, alcanzó un espectacular desarrollo dando lugar a las escuelas denominadas de Patronato; y logró su máxima expansión constructiva durante los años de la segunda Republica, con Bernardo Giner de los Ríos.

                                        Los pabellones del jardín de la Institución

      El 1 de septiembre de 1884, la Institución se traslada definitivamente al Paseo del Obelisco núm. 8, en la actualidad Paseo del General Martínez Campos 14, una quinta con jardín en las afueras de Madrid, (las dos primeras sedes de la Institución estuvieron en el centro de Madrid, calle Esparteros, e Infantas). Los motivos alegados para el cambio, fueron la necesidad de mayor espacio, y la búsqueda de un espacio natural que favoreciera la higiene y desarrollo de los alumnos, un jardín que transformarían en "campo escolar";. En el jardín, se educaría la sensibilidad estética y artística del alumnado; en él, se desarrollaron los juegos organizados (a pídola, al rounder); se practicó la jardinería, se estudió botánica, y hasta se construyó un frontón que fue desde entonces el símbolo del deporte en la Institución.  

      La casa fue adquirida en 1887, previo informe de los arquitectos Joaquín Kramer, Emilio Rodríguez Ayuso, y José María Laredo. En ella, la Institución pudo desarrollar plenamente su proyecto educativo, incorporando a sus enseñanzas la sección párvulos (1885), para completar el ciclo de Educación General (Párvulos, Primaria y Secundaria). 

      En 1908, se había llegado al límite de capacidad en el recinto y fue necesario construir dos nuevos pabellones para ampliar las clases, guardar en ellas el museo escolar y dar cabida al número creciente de párvulos: el Pabellón Soler (hoy conocido por pabellón Macpherson) construido por Joaquín Kramer (1909): y el Pabellón de párvulos, por Bernardo Giner de los Ríos (1917).

      Ambos pabellones tienen características constructivas, funcionales y estéticas muy similares. Se conciben las clases como pabellones aislados rodeados de jardín, siguiendo las pautas de las escuelas norteamericanas, y conservan "en su mayor pureza, la adaptabilidad al organismo de los dos agentes naturales más necesarios para una vida sana: la luz y el aire libre,” acercándose cuanto sea posible, a la máxima de Rousseau. La mejor escuela, es la sombra de un árbol", ya que el ideal de vivienda consistía en suavizar aquellas asperezas y rigores del clima, pero sin menoscabo alguno de dichos agentes naturales.  

       La finalidad de ambos edificios, era disfrutar de amplias e higiénicas aulas, con laboratorio en ambos casos (de Física y Química respectivamente), además de un taller de carpintería en el parvulario, razón por la cual la orientación de los pabellones es la más idónea para la época en la se construyen: el edificio Soler hacia el Este, siguiendo las pautas del antiguo proyecto de Carlos Velasco, y la orientación Norte-Sur para las aulas de párvulos, recomendada con posterioridad por Francisco Giner, y para el Museo Pedagógico.

                                                     Incautación de la ILE  y Exilio

           En 1940, el Ministerio de Educación Nacional del gobierno dictatorial franquista, publica un decreto por el cual se declara a la ILE ilegal, al aplicarle el Decreto 108 de la Junta de Defensa Nacional, de 1936, sobre partidos políticos y agrupaciones sociales contrarias al Movimiento Nacional. Se considera de "especial prevención a la Institución Libre de Enseñanza por sus notorias actuaciones contrarias al Nuevo Estado"; (Decreto 17 mayo 1940). Sus bienes son incautados, y adscritos al Ministerio de Educación, para que sirvieran a los fines culturales del mismo, en la forma que se estimara conveniente. 

           La sede de Martínez Campos 14, ya había sido saqueada en 1939, destruida su biblioteca, el laboratorio, el mobiliario y el material de enseñanza. Hasta el jardín fue víctima salvaje de un grupo de falangistas que talaron los árboles y los arbustos, salvándose únicamente la acacia centenaria, frente al frontón, y el aligustre de la entrada. 

           Muchos institucionistas tuvieron que sufrir el exilio, unos dentro otros fuera de España. Las casas particulares de Pedro Blanco y Maria Muñoz, en Madrid; de José Giner Pantoja y José Ontañon en París; de Natalia Cossío en Londres, y de Rafael Altamira en México, fueron punto de reunión y de encuentro clandestino.  



                                           Bernardo Giner de los Ríos

       Bernardo Giner de los Ríos, último Presidente de la Corporación, funda en México el Boletín de la Corporación de Antiguos Alumnos de la Institución Libre de Enseñanza, de la Residencia de Estudiantes, y del Instituto Escuela, uniendo en la cultura a todos los institucionistas dispersos por el mundo.

 


                                       La Fundación Francisco Giner de los Rios

      Tras la muerte de Giner se crea la Fundación Francisco Giner de los Ríos, el 14 de junio de 1916, con el encargo de “velar por el legado moral y material de la Institución y proseguir con la tarea de modernización educativa y cultural iniciada por el maestro, difundiendo sus ideas y su ejemplo cívico y moral”. Una de sus principales tareas, fue en sus inicios la publicación de las obras completas del maestro.  

      En 1975, la Fundación inicia los trámites para recuperar su legalidad, que consigue por orden del Ministerio de Educación y Ciencia en 1977, y se inscribe en el Servicio de Fundaciones. Una vez reconocida como continuadora de los fines de la Institución y heredera de todos sus bienes, la Fundación tramita una serie de gestiones encaminadas a la restitución de sus propios bienes y los de la Institución Libre de Enseñanza, como paso previo imprescindible para reanudar sus actividades (1978).  

      La histórica sede de la Institución había sido incluida en el Precatálogo de edificios con interés artístico (por Ley de 1933 - Reglamento de 1936) y, aunque en noviembre de 1982 el Ayuntamiento devuelve Martínez Campos a la Fundación, en realidad esta devolución no surte efecto hasta 1985, año en el que se cierran definitivamente las aulas del Colegio Eduardo Marquina que ocupaba estos locales.



     
                                                                En la actualidad

      La histórica sede de la Institución, constaba hasta hace poco de un conjunto arquitectónico de seis edificios y un jardín trasero, alrededor del cual se disponían varias edificaciones auxiliares, que ocupaban una superficie total construida de 1.443 m2 .  

       Después de la incautación por el gobierno de la dictadura franquista, algunos pabellones sufrieron drásticas reformas para adaptarlos a las necesidades educativas del Grupo escolar "Joaquín Sorolla" (1942-45); por la instalación de las oficinas del Servicio de Alimentación escolar (en1955); y, por último el Colegio Nacional Eduardo Marquina, en 1980.  

       Por suerte, las reformas destinadas a los dos pabellones históricos no fueron, en ninguno de los casos estructurales, sino de rehabilitación y saneamiento. En 1942, el arquitecto Adolfo López Durán cierra los cobertizos de ambos edificios. En el pabellón Soler, se refuerzan los paramentos de las fachadas norte y sur con fábrica de ladrillo, se reconstruye totalmente la escalera que da acceso a la planta principal; se cambia el lugar de las puertas de acceso a las aulas; se hace un retejo total de la cubierta, se arregla la carpintería, y se pinta.  En el parvulario, se modifica la distribución interior, y se cambia el lugar y el diseño de la escalera exterior con nuevo acceso a la planta principal. Cuando los locales fueron ocupados por el Colegio Nacional Eduardo Marquina (1982) se plantea una nueva adaptación y reparación de los mismos. Las soluciones adoptadas para ellos, entraban en el Capítulo II de Saneamiento, y consistían en reparar las cubiertas, los cielos rasos de cañizos, paramentos, zócalos, procediéndose a pintarlos con temple picado y pintura pétrea en zócalos.

       Los pabellones Soler, y el de Párvulos, eran los edificios históricos más emblemáticos del patrimonio de la ILE, y los únicos que se conservaban, de los que construyeron arquitectos de la Institución. Estaban maquillados por el ladrillo y el cemento blanco que los desacredita, pero mantenían intacta la belleza y estructura original, según certificó en su momento el arquitecto responsable.

         Estos dos pabellones, de "estilo institucionista"; y "gineriano", estaban realizados sin pretensiones, funcionales y económicos, de inspiración mudéjar y sabor popular, daban a todo el recinto, el ambiente escolar para el que fueron concebidos. No obstante, desde  ese espacio se defendieron valores tan elevados como: la libertad de cátedra y de Ciencia, la práctica de nuevos métodos pedagógicos ·hoy de total vigencia· que convulsionaron la educación española, y donde se defendieron fructíferos ideales que regeneraron la cultura de todo el país.



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